FinTech es rebelde por naturaleza, ya que difumina las fronteras internacionales con facilidad y rapidez. Hasta ahora, FinTech estaba libre de la carga regulatoria de los bancos, por eso los empresarios brillantes han sido capaces de consolidar tanto poder financiero internacional.
Sin embargo, la bestia tiene que ser domesticada con el menor coste posible y ahí es donde ha surgido el RegTech, un segmento relativamente nuevo. El término se refiere a un conjunto de empresas y soluciones que abordan los desafíos regulatorios en todas las industrias, incluyendo servicios financieros, a través de tecnología innovadora. Las soluciones RegTech son ágiles por naturaleza debido a la complejidad y el momento de las transiciones de regulación. RegTech no puede ofrecer una solución a los requerimientos estáticos, tiene que ser una máquina de auto-aprendizaje.
Mientras que las instituciones financieras tradicionales son conscientes de las organizaciones y las leyes particulares que necesitan para cada una de ellas, la situación no es tan clara con FinTech. Cada agencia reguladora tiene un conjunto de normas y requisitos relacionados con aspectos particulares de los servicios financieros.
Además, con el aumento de Internet y el móvil, los organismos se encuentran con otra complicación regulatoria.
Por ello, es difícil aplicar dichos reglamentos a las empresas integradas exclusivamente en la perspectiva Web y móvil por primera vez.
Si estos problemas no parecen lo suficientemente complejos, sumamos la capacidad financiera de nuevas empresas FinTech que operan con equipos de cinco a diez personas.
Para los reguladores,FinTech es un “elefante rosa en la habitación”, y están buscando activamente formas de domesticarlo. El último ejemplo de una batalla ganada por los reguladores es BitLicense. A medida que el número de nuevas empresas que trabajan con Bitcoin ha estado creciendo a un ritmo rápido, se ha hecho evidente que el segmento es demasiado grande como para permanecer libre de ataduras.
Los bancos tienen departamentos dedicados al cumplimiento y suficiente poder financiero y político para presionar a sus intereses regulatorios, un lujo que no está disponible para una startup FinTech. Mientras RegTech sin duda puede aliviar la carga más o menos, FinTech opera en una frontera delicada entre las empresas de tecnología e instituciones financieras.
http://letstalkpayments.com/why-is-it-so-hard-to-regulate-fintech/