Tras la celebración de la pasada InsurTech Unconference el pasado mes de octubre, el equipo de Finnovating presenta un documento con las conclusiones más relevantes y tendencias del sector.
El sector de las InsurTech está ganando un importante volumen consolidándose año a año. Con 88 compañías en España somos uno de los países europeos con más número de iniciativas, aunque sigue la asignatura pendiente del tamaño de las startups.
Entre los datos que se pudieron contrastar en la jornada, sabemos que el 49% de las InsurTech españolas tiene menos de 10 empleados, frente al 33% que cuenta con plantillas de entre 10 y 20; el 14%, dispone de entre 21 y 100 empleados; y solo el 4% maneja unas plantillas de más de un centenar de trabajadores.
En el Observatorio InsurTech 2016 de Finnovating que se presentó en al primera edición de la InsurTech Unconference, el 66% de los CEOs de las principales InsurTech en España consideraban que el sector InsurTech se encontraba en su etapa inicial, mientras el 36% respondían que se trataba de un sector aún pequeño pero en consolidación.
Sólo el 14 % de las inversiones en InsurTech durante 2016 se llevaron a cabo por una aseguradora o su brazo inversor. Sin embargo, este número representa un aumento significativo respecto a los años anteriores, un 3% en 2014 y un 12% en 2015
Comparando esta edición con la de 2016, se ha visto un sector mucho más maduro, con más modelos de negocio y propuestas innovadoras. Si bien el sector sigue esperando una disrupción que parece no llegar, las nuevas InsurTech que aparecen cada día son más innovadoras.
En lo que sigue siendo pionero el sector InsurTech y Asegurador es en términos de colaboración, ya que tanto en número de alianzas como en predisposición por ambas partes, sigue manteniendo un liderazgo en volumen de negocios compartidos. De hecho el 80% de estas startups, alguna vez ha colaborado con una aseguradora y con una la valoración media del 7,2 sobre 10, según el Observatorio InsurTech de Finnovating.
La mayoría de los aseguradores siguen vinculados a un modelo de negocio tradicional, sumado a su carácter conservador, provocando que los cambios se hayan realizado de forma muy paulatina y siempre teniendo a la banca como referente.
El sector se enfrenta a un perfil de cliente cuya conducta ha cambiado. La democratización derivada de internet perfila un cliente empoderado, que conoce mucho mejor el producto